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¿Qué evitar?
Sal. Es un mineral esencial, pero al ser alto en sodio provoca que el cuerpo retenga líquido, lo cual aumenta la presión sanguínea. La ración diaria debe reducirse a menos de 5 gramos diarios –una cucharadita de café–, pero si se padece hipertensión, sustitúyala por hierbas y especias libres de sodio. Los alimentos procesados contienen grandes cantidades de sal, por lo que resulta conveniente no incluirlos en la dieta si es hipertenso.

Alcohol. Aunque algunas bebidas alcohólicas, como el vino tinto, tienen efectos beneficiosos para la salud cardiovascular si se toman con moderación, el exceso de alcohol puede derivar en un incremento de la presión arterial. Una copa de vino al día para una mujer y dos para un hombre es más que suficiente. Todo lo demás hará que suba la tensión.

Dulces. Consumir azúcar en exceso puede ocasionar obesidad y diabetes, dos condiciones que contribuyen a aumentar la presión arterial.

Carnes rojas. Contienen mucha grasa saturada, que contribuye a incrementar la presión arterial y afecta de modo negativo a la salud de las arterias. Las carnes de ave y el pescado son buenas alternativas para sustituirlas.

Margarinas y mantequillas. Si su tensión es normal, el consumo de margarinas y mantequillas debe de ser moderado, evitando aquellas que contienen grasas trans. El aceite de oliva virgen extra es la mejor opción.

Encurtidos, ahumados y conservas. En general, son alimentos con un alto contenido en sodio, lo que eleva la presión y puede afectar a la salud de los riñones. Si le gustan los encurtidos, tome pinillos frescos rociados con jugo de limón. Los ahumados están prohibidos en